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Nuestros Principios Formativos

Nuestros Principios Formativos

Por Diego Becerra Málaga, gerente de Programas Musicales en Sinfonía por el Perú.

A lo largo de más de 12 años de vida institucional, Sinfonía por el Perú ha buscado perfilar una propuesta de funcionamiento cada vez más específica, para un rubro de posibilidades y caminos muy amplios y que cada vez es más grande: el desarrollo social a través del arte. Esta forma de ser y de actuar que busca la institución se constituye además como una cultura y genera una mística que se aprecia y vive cuando se visita una sede del programa.

Para lograr los resultados positivos que se propone la organización y también alcanzar esa mística que se vive en el núcleo, es imprescindible trabajar en base a algunos elementos fundamentales. En los últimos años, nos hemos preguntado como organización: cuáles son esos elementos pilares, tanto a nivel macro, como a nivel de la formación artística específicamente. Luego de diversos ejercicios de revisión, análisis y reflexión; a fines de 2022 generamos cuatro sesiones intensivas con maestros, directivos y beneficiarios para juntos descubrir y nombrar esos elementos fundamentales que hemos llamado: “Principios formativos de Sinfonía por el Perú”. Los cuatro principios son: Aprendizaje en bienestar, construcción de comunidad, atención al beneficiario y su proceso y desarrollo artístico con enfoque integral.

Nuestros principios evidencian algunas preocupaciones y ejes fundamentales que son parte del “ADN” de la organización, ellos son dinámicos y complementarios. Para que un principio funcione bien, los demás lo deben hacer también.

En primer lugar, Sinfonía por el Perú brinda un servicio para los niños y jóvenes del Perú. Esta población en nuestro país está expuesta a múltiples riesgos y lamentablemente no tiene acceso pleno a sus derechos fundamentales, estando muchas veces desprotegida. En ese contexto, Sinfonía se propone que todos sus espacios sean seguros física y emocionalmente, pero además propende a un aprendizaje en gozo, motivación y satisfacción. Otro elemento característico a nuestros principios es el trabajo colectivo, colaborativo y comunitario. Sinfonía prioriza el aprendizaje y desarrollo en agrupaciones musicales en las que los beneficiarios conviven en “sociedades musicales” orientadas a objetivos comunes. Pero además cada núcleo busca ser una comunidad sana que integra beneficiarios, padres y equipo. En el último de estos “anillos sociales” múltiples, el núcleo debe integrarse al distrito, barrio, es decir: la comunidad que lo rodea. Hemos reflexionado además que dentro de esa colectividad no debemos perder de foco al individuo. Cada beneficiario es un ser único, con intereses y problemáticas diferentes. No debemos perder de vista los diferentes ritmos de aprendizaje, reconocer y valorar el proceso, así como observar tanto las dificultades como las fortalezas que los caracterizan. Finalmente nos planteamos el reto de reconocer y potenciar la integralidad de los beneficiarios como seres humanos y como artistas, velando y guiando que se desarrollen de manera armónica.

Estos cuatro principios formativos institucionales guían los procesos de aprendizaje y por ello están presentes en nuestras clases, ensayos, presentaciones y otras experiencias significativas para los beneficiarios de SPP.

 

LA RESIDENCIA

En junio de este año tuvimos una inmejorable oportunidad para vivir de manera muy especial nuestros principios formativos: La residencia artística Transforma 2023. Durante una semana muy especial, convivimos: equipo de oficina central, líderes de sedes, beneficiarios e invitados internacionales para realizar actividades que nos permitieron conectar con nuestro propósito y poner en práctica nuestros principios formativos.

Para esta edición, buscamos poner mucho énfasis en la naturaleza comunitaria de la intervención de Sinfonía por el Perú, que no solo está presente en el principio formativo de construcción de comunidad, sino que es uno de los cinco componentes generales de la intervención. La región seleccionada para realizar la residencia 2023 fue Arequipa y es así que, con esa mirada priorizada en lo comunitario, diseñamos laboratorios-taller en espacio emblemáticos de la región.

El trabajo en la cantera de sillar y la picantería La Lucila nos permitió vincularnos con saberes tradicionales contados por sus auténticos exponentes, quienes son tradición viva cultural y quienes nos transmitieron esa fibra y amor por lo que hacen desde hace décadas, continuando tradiciones de generación en generación. A partir de esa inmersión y experiencias únicas, nos abocamos a reflexionar y crear diferentes productos como: textos poéticos, canciones, homenajes, entre otras manifestaciones que cerraron cada ciclo vivencial. Además de estos laboratorios en lugares emblemáticos tradicionales, tuvimos un taller de movimiento para reconectar con la conciencia de nuestro propio cuerpo y así fortalecer nuestra integralidad.

Finalmente, realizamos un pasacalle en la plaza de Yanahuara con todos los participantes la residencia, los artesanos del sillar, autoridades locales y la comunidad del distrito. Esto había sido practicado los 3 días anteriores y en esta intervención final llenamos la plaza con música, danza, y representaciones escénicas sobre problemáticas sociales que previamente habían sido identificadas por beneficiarios del núcleo Arequipa. De esta manera clausuramos una semana extraordinaria para todos los que fuimos parte. Estamos seguros de que el impacto se extenderá en cada sede, a través del liderazgo de quienes estuvieron ahí.

 

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